LA HABANA (Reuters) – Un grupo de músicos cubanos con sede en Miami, incluido el dúo de reggaetón Gente de Zona, lanzó esta semana un apasionado himno anticomunista que se ha vuelto viral, lo que desató una furiosa respuesta estatal.
Gente de Zona, Yotuel de la banda de hip-hop Orishas fama y cantautor Descemer Bueno colaboró en la canción con dos raperos en Cuba, Maykel Osorbo y El Funky, que forman parte de un colectivo de artistas disidentes que desató una inusual protesta contra la represión fuera del ministerio de cultura en noviembre pasado.
«Patria y Vida» reutiliza el viejo eslogan «Patria o Muerte» adornado en muros de todo el país caribeño desde la revolución izquierdista de Fidel Castro de 1959 y expresa su frustración por ser obligado a hacer sacrificios en nombre de la ideología durante 62 años.
Las letras se refieren a la intolerancia ideológica, la dolarización parcial de la economía, la escasez de alimentos y el éxodo de jóvenes cubanos que no ven futuro en la isla. El gobierno achaca sus problemas económicos en gran medida a la paralización de las sanciones estadounidenses.
El video aquí con los cinco artistas – todos hombres negros – ha acumulado 1 millón de visitas en YouTube en tres días, lo que ha desatado animadas discusiones en las redes sociales, mientras que muchos en Cuba -donde el servicio de internet es costoso- lo comparten en memorias USB.
«No más mentiras, mi pueblo pide libertad, no más doctrinas», canta Alexander Delgado, la mitad de GdZ, cantando «Se acabó» en el estribillo.
Los artistas con sede en Miami habían logrado hasta hace poco la cuerda floja de lograr el éxito capitalista en el extranjero sin romper con la isla dirigida por los comunistas. GdZ incluso pidió aplausos para el presidente cubano Miguel Díaz-Canel en un concierto en La Habana en 2018, aunque eso desató llamados a un boicot de algunos en la comunidad en el exilio.
Reacción
Los medios estatales cubanos y funcionarios, incluido el presidente, han lanzado un aluvión de ataques, hashtags de Twitter y memes sobre «Patria y vida», calificándolo de antipatriótico y sin mérito artístico. Dicen que los artistas detrás de él están tratando oportunistamente de aplacar a su público de Miami.
«Se burla de uno de los eslóganes mantenidos en alto por nuestro pueblo ante las continuas agresiones estadounidenses», dijo el presentador de televisión Froilan Arencibia, con sede en La Habana.
Ana Dopico, directora cubana del Instituto Hemisférico de Performance y Política de la Universidad de Nueva York, dijo que el rechazo a ese grito revolucionario no tenía precedentes en la reciente música popular cubana.
«Nos sorprende a todos por la amenaza deprimente de la muerte que viene con nuestra comprensión de la nación», dijo.
La canción refleja un aumento en el sentimiento antigubernamental entre las generaciones más contemporáneas de migrantes cubanos, dijo Michael Bustamante, profesor asistente de historia latinoamericana en la Universidad Internacional de Florida.
Pero también ha resonado con la gente en la isla, especialmente los jóvenes que se han vuelto cada vez más vocales sobre sus frustraciones desde la llegada de internet móvil hace dos años, con algunos adornando sus fotos de perfil de Facebook con el banner «Homeland and Life».
«Sigo los ideales de Fidel, pero últimamente han estado sucediendo cosas con las que realmente no estoy de acuerdo», dijo la residente de La Habana Loraine Martínez, quien disfrutó de la canción.
No es la primera vez que las canciones de músicos cubanos en la isla y en el extranjero se convierten en stand-ins por causas políticas, dijo Bustamante. Pero la respuesta del gobierno cubano fue inusualmente contundente, dijo, reflejando su ansiedad y lo que llamó «prioridades fuera de lugar».
«Si les preocupa la frustración popular, la forma de arreglarlo es centrarse en las reformas del pan y la mantequilla, no en este tipo de performatividad ideológica reflexiva», dijo.
Reportaje de Sarah Marsh, Rodrigo Gutiérrez y Reuters / FotoPortada:(L-R) Miembros del grupo de fusión cubano Orishas – Yotuel, Roldan y Ruzzo – dan una entrevista desde lo alto de un edificio en La Habana, Cuba, el 22 de junio de 2016. REUTERS/Alexandre Meneghini/Foto de archivo