La transmisión en vivo del Consejo de Ministros convocado por el presidente Gustavo Petro, con el objetivo de exhibir un modelo de transparencia ante el pueblo colombiano. Sin embargo, la sesión, que se extendió por más de cuatro horas, se convirtió en un escenario de confrontaciones, reproches y denuncias públicas, evidenciando una crisis ministerial que podría tener importantes repercusiones en el rumbo del Ejecutivo.
La decisión de transmitir en vivo el Consejo de Ministros fue anunciada como parte de la estrategia del presidente Petro para acercar la gestión gubernamental a la ciudadanía y demostrar el compromiso con la transparencia. Con la promesa de mostrar el funcionamiento interno del gabinete y el avance en el cumplimiento de los 195 compromisos asumidos durante la campaña electoral, el mandatario pretendía subrayar que el pueblo colombiano tenía derecho a conocer las dificultades y desafíos en la administración pública. Sin embargo, lo que se evidenció en la sesión fue una serie de enfrentamientos internos que dejaron al descubierto una marcada división en el equipo de gobierno
Durante la transmisión, el presidente Petro se mostró visiblemente indignado ante lo que consideraba incumplimientos y actitudes poco comprometidas por parte de algunos ministros. Con un tono enérgico y directo, el mandatario pronunció frases que quedaron grabadas en el imaginario colectivo, tales como “el presidente es revolucionario, el Gobierno no”. Estas declaraciones hicieron referencia a la percepción de que el gabinete no estaba a la altura del proyecto transformador que el mandatario había prometido implementar.
Entre los momentos más críticos de la sesión destacan los siguientes:
- Acusaciones y Doble Agenda:
Petro no dudó en señalar a varios funcionarios por presuntas dobles agendas y falta de lealtad al proyecto progresista. El presidente hizo hincapié en que, a pesar de haber asumido 195 compromisos, solo se han cumplido 146, generando frustración y desconfianza en el seno del gobierno. - Intervenciones de Ministros Clave:
La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, fue una de las voces más rotundas al manifestar que, como feminista, no podía sentarse a la mesa de gobierno junto a Armando Benedetti, recientemente designado jefe de despacho. Esta declaración no solo evidenció una diferencia ideológica, sino que puso en tela de juicio la integridad de las designaciones realizadas en el gabinete. Asimismo, la canciller Laura Sarabia fue objeto de duras críticas por parte del presidente, quien la acusó de no estar cumpliendo con sus responsabilidades y de haber contribuido a la fractura interna del equipo
- Renuncias y Advertencias:
El ambiente se tornó aún más tenso cuando Jorge Rojas, director del Departamento Administrativo de la Presidencia (DAPRE), anunció su renuncia apenas seis días después de haber sido nombrado. Este hecho se interpretó como una señal inequívoca de disconformidad con el reciente nombramiento de Armando Benedetti y con la metodología de gestión empleada en el Consejo de Ministros
Además, otros funcionarios manifestaron en declaraciones posteriores la posibilidad de presentar su renuncia de manera colectiva, con el fin de permitir al presidente reorganizar un gabinete que, según su propio discurso, está sumido en una crisis de cohesión y responsabilidad.
Uno de los factores más divisivos que han contribuido a agravar la crisis ministerial es la reciente designación de Armando Benedetti como jefe de despacho. Benedetti, quien ha sido vinculado en el pasado a episodios polémicos y denunciado por presuntos antecedentes de violencia de género, fue promovido pese a las advertencias de algunos sectores del gabinete. Mientras el presidente defendía la experiencia y la lealtad del funcionario –recordando que fue uno de los artífices de la victoria electoral en 2022–, la ministra Muhamad y la vicepresidenta Francia Márquez se mostraron enérgicas en su rechazo. Según declaraciones emitidas en la transmisión, ambas expresaron que la presencia de Benedetti resulta incompatible con los valores progresistas que impulsan al Gobierno Petro, lo que ha generado una fuerte polarización en el equipo ejecutivo.
La transmisión en vivo del Consejo de Ministros no solo se difundió ampliamente por las cadenas nacionales, sino que rápidamente se convirtió en un fenómeno viral en las redes sociales. Usuarios de distintas plataformas se volcaron a comentar el espectáculo televisivo, generando innumerables memes que compararon la sesión con un “reality show” político. Este fenómeno digital ha evidenciado la desconfianza y el desencanto de una parte importante de la ciudadanía, que ve en la exposición de las fisuras internas una señal de debilidad y de falta de unidad en el gobierno
Diversos actores políticos han aprovechado el acontecimiento para posicionarse y exigir cambios profundos. El senador Iván Cepeda comentó que lo ocurrido en el Consejo de Ministros es reflejo de “agendas paralelas” que han permeado el gabinete, y advirtió que la falta de cohesión podría tener consecuencias graves para el proyecto gubernamental. Por otro lado, algunos ministros se han pronunciado en defensa del presidente, argumentando que, pese a las críticas, el compromiso con el proyecto progresista sigue siendo firme. Sin embargo, las tensiones internas, evidenciadas a través de intervenciones como las de Juan Fernando Cristo, ministro del Interior, y las declaraciones de otros funcionarios, sugieren que el ambiente en la Casa de Nariño es cada vez más insostenible.
El caos vivido en el reciente Consejo de Ministros plantea una interrogante crucial sobre el futuro del Gobierno Petro. Ante la posibilidad de que se produzcan más renuncias y de que el clima de discordia se intensifique, el presidente podría verse obligado a realizar una renovación integral de su gabinete. La idea de una reorganización total se ha barajado incluso en declaraciones internas, donde se ha sugerido que el cambio de rumbo podría ser necesario para restablecer la credibilidad y la eficacia del Ejecutivo.
Analistas políticos señalan que, si bien la estrategia de transmitir en vivo la reunión pretendía acercar al gobierno a la ciudadanía, el resultado ha sido contraproducente. En lugar de mostrar transparencia, la sesión expuso las debilidades internas y la falta de unidad en el equipo, lo que podría afectar la capacidad del gobierno para implementar las reformas y los compromisos asumidos. La reestructuración del gabinete, aunque arriesgada en el contexto político actual, podría ser la medida necesaria para recuperar la estabilidad y generar confianza tanto en la opinión pública como en los mercados nacionales e internacionales.
Fotoportada: Andrea Puentes Presidencia de la República