En diálogo con Telemundo 51, Miguel Uribe Londoño aseguró que su hijo, el senador y precandidato Miguel Uribe Turbay, fue sometido a un hostigamiento político dentro del Centro Democrático por parte de las precandidatas del partido que, a su juicio, terminó incidiendo en el atentado que derivó en su muerte.
El exprecandidato afirmó que “parte de ese hostigamiento lo llevó a la muerte”, al señalar que la presión por hacer “política en la calle” aumentó el riesgo al que estaba expuesto su hijo durante la campaña presidencial.
Según relató, el dirigente fue blanco de amenazas y presiones de candidatas del mismo partido, porque les iba ganando en intención de voto dentro de la colectividad.
En la entrevista, el político dijo sentirse “liberado de una mordaza” y presentó su salida del uribismo como el desenlace de una cadena de decisiones “injustas y apresuradas” por parte de la dirigencia.
Ruptura con el Centro Democrático
Uribe Londoño recalcó que no abandonó por voluntad propia al Centro Democrático, el partido de derecha fundado por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, sino que fue sacado de la contienda interna sin “debido proceso”.
Explicó que “algún directivo” tomó la decisión de excluirlo de la carrera presidencial 2026 porque “no lo quería en el partido” ni como candidato, lo que terminó sellando su ruptura con el uribismo.
El exprecandidato ya había tenido choques con la colectividad por la polémica en torno a un supuesto apoyo al abogado Abelardo de la Espriella, versión que él negó al precisar que solo conversó sobre una posible fórmula vicepresidencial.
Estos episodios se suman a tensiones previas en el partido, que atraviesa una etapa delicada mientras intenta recomponer su fuerza de cara a las elecciones presidenciales de 2026.
Señalamientos a la dirigencia uribista
En la entrevista a Telemundo 51, Uribe Londoño mencionó con nombre propio a las entonces precandidatas María Fernanda Cabal, Paola Holguín y Paloma Valencia, a quienes atribuyó parte del hostigamiento contra su hijo, por aventajarlas en las encuestas internas.
Sostuvo que esa presión interna dentro del Centro Democrático derivó en que Miguel Uribe Turbay intensificara la campaña en la calle, lo que, en su lectura, lo expuso aún más al atentado que terminaría con su vida.
El político presentó estos hechos como un patrón de violencia política que él mismo ha vivido, recordando su trayectoria como víctima del narcotráfico y de la violencia en Colombia, lo que, afirma, le da autoridad moral para hablar de seguridad y justicia.
Uribe Londoño también ha señalado en otros escenarios la existencia de obstáculos políticos para el avance de la investigación, al advertir sobre presuntas interferencias desde el Gobierno frente al caso de su hijo.
Impacto en la derecha colombiana
Las palabras de Miguel Uribe Londoño caen sobre un Centro Democrático ya golpeado por crisis internas, decisiones judiciales contra figuras emblemáticas y la disputa por el liderazgo del uribismo de cara a 2026.
El partido, que se consolidó como principal fuerza de oposición en la década pasada bajo la bandera de la “seguridad democrática”, enfrenta hoy el reto de recomponer su relato mientras gestiona el impacto político del asesinato de uno de sus precandidatos estrella.
Las acusaciones de que el hostigamiento interno “parte de ese hostigamiento lo llevó a la muerte” introducen además un componente ético incómodo para la colectividad, al poner bajo la lupa sus prácticas de competencia interna y su manejo del caso Uribe Turbay.
En paralelo, Uribe Londoño mantiene un discurso de mano dura frente al crimen y de respaldo a la política exterior de Estados Unidos, alineándose con posiciones de la derecha colombiana y defendiendo que no le “temblará la mano” para tomar decisiones impopulares.



