El Congreso de Colombia aprobó el jueves una reforma tributaria con la que el país recaudará unos 20 billones de pesos (3.987 millones de dólares) adicionales el próximo año, principalmente con mayores aportes del sector petrolero y del carbón.
La controvertida iniciativa se aprobó en medio de las críticas de los empresarios que alertaron sobre el riesgo de desestimular la inversión y la generación de empleo, lo que junto con otras propuestas económicas causaron nerviosismo en los mercados locales, provocando una depreciación adicional de la moneda, el peso.
Los recursos de la reforma fiscal son claves para que el presidente Gustavo Petro, el primer mandatario izquierdista del país, financie sus ambiciosos programas sociales destinados a combatir la pobreza y la desigualdad en medio de amplias dificultades fiscales de la cuarta economía de América Latina.
«Esta es la reforma más progresiva de la historia, aquí hay obviamente algunos sectores que van a pagar más impuestos, pero son todos de altos ingresos», dijo el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo.
«Esperamos que esos recursos y ellos se comprometan con esta contribución, precisamente por su aporte al desarrollo social de Colombia, que es el objetivo fundamental de esta reforma», explicó.
La reforma sufrió una disminución frente al monto aprobado en los primeros debates en el legislativo, de 21,5 billones de pesos (4.286 millones de dólares), debido al retiro de una propuesta para gravar las pensiones superiores a 10 millones de pesos mensuales (1.993 dólares), así como por la suavización de unos tributos a las empresas del sector de petróleo y carbón.
Originalmente el proyecto tributario buscaba 25 billones de pesos adicionales al año (4.984 millones de dólares).
TEMOR DE SECTORES PETROLERO Y DE CARBÓN
Los líderes de los sectores petrolero y minero sostienen que la reforma pone en riesgo la inversión para el sector minero energético al aumentar los impuestos a esas actividades extractivas.
La reforma impondrá una sobretasa al impuesto de renta para las empresas petroleras y carboníferas atado a los precios internacional de las materias primas cuando superen determinados niveles. Para el caso de las compañías que explotan carbón la tarifa será de entre un 5% y 10%, mientras que para las petroleras será de entre un 5% y 15%.
Entre los principales aspectos está una mayor carga de tributos para las personas con ingresos superiores a 10 millones de pesos al mes (1.993 dólares), un impuesto al patrimonio de forma permanente, así como sobre las utilidades o dividendos provenientes de la venta de acciones de empresas que coticen en bolsa.
La reforma elimina algunas exenciones a empresas, impone tributos a las bebidas azucaradas y los alimentos ultraprocesados, a los plásticos de un solo uso y contempla un impuesto al carbono.
El plan del Gobierno de Petro de incrementar los impuestos a la industria petrolera y minera, así como la intención de prohibir nueva exploración de hidrocarburos, golpeó la confianza de los mercados en las últimas semanas, llevando al peso a superar la barrera de 5.000 unidades por dólar y a la desvalorización de la deuda pública interna.
La moneda se ha depreciado alrededor de un 25% en lo que va de año.
Ocampo calificó los recientes movimientos del mercado como una reacción exagerada.
Petro prometió en campaña iniciar una transición hacia energías limpias dejando la dependencia de los hidrocarburos, aunque el Gobierno aseguró la semana pasada que podría revertir una prohibición muy criticada de nuevos contratos petroleros.
(1 dólar = 5.015,84 pesos)
(Reporte de Carlos Vargas. Escrito por Nelson Bocanegra. Editado por Luis Jaime Acosta) – Reuters