Después de un año de restricciones, el Distrito anuncia el fin del racionamiento de agua en Bogotá gracias al aumento en los niveles de los embalses y una mejor gestión del recurso hídrico.
La Alcaldía Mayor de Bogotá anunció este viernes el fin del racionamiento de agua en Bogotá, medida que había estado en vigor desde abril de 2024 como respuesta a los bajos niveles de los embalses que abastecen a la capital.
El anuncio fue hecho por el alcalde Carlos Fernando Galán, quien destacó que las recientes lluvias y los esfuerzos de la administración distrital en la optimización del sistema de abastecimiento permitieron recuperar los niveles críticos de almacenamiento, en especial del sistema Chingaza, fuente principal de agua para más de 8 millones de habitantes.
¿Por qué se implementó el racionamiento de agua?
El racionamiento de agua en Bogotá comenzó el 11 de abril de 2024, cuando la ciudad enfrentó una grave crisis hídrica causada por una intensa temporada seca, atribuida en parte al fenómeno de El Niño. Los embalses del sistema Chingaza, que normalmente operan por encima del 70% de su capacidad, descendieron hasta niveles inferiores al 40%, lo que obligó a establecer cortes programados del servicio de agua en turnos rotativos de 24 horas cada 9 días, divididos por zonas.
Esta medida fue implementada como estrategia de emergencia para preservar el agua y garantizar el suministro en el largo plazo, mientras se desarrollaban acciones paralelas para aumentar la eficiencia del sistema y promover el uso racional del recurso entre los ciudadanos.
¿Qué factores permitieron levantar la restricción?
Según información oficial de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) y la Secretaría de Ambiente, el levantamiento del racionamiento se sustenta en los siguientes factores:
Incremento en los niveles de los embalses: En las últimas semanas, las lluvias ayudaron a recuperar de forma significativa el volumen de agua en los embalses, especialmente en Chuza y San Rafael, que hoy se encuentran en niveles superiores al 55%, acercándose al promedio histórico.
Optimización del Sistema Tibitoc: Se mejoró la captación de agua del río Bogotá, permitiendo pasar de una capacidad de 8 m³/s a 9,56 m³/s, lo que ha reducido la presión sobre el sistema Chingaza.
Reducción del consumo promedio: La ciudadanía respondió al llamado de ahorro. Según la EAAB, el consumo per cápita disminuyó en un 10% durante el último año.
Obras de infraestructura y modernización: Se realizaron mantenimientos en estaciones de bombeo y se mejoraron procesos de distribución que redujeron las pérdidas de agua por fugas.
¿Qué recomendaciones se mantienen?
Aunque el servicio de agua retorna a la normalidad, la Alcaldía hizo un llamado a mantener las buenas prácticas adquiridas durante la emergencia. El alcalde Galán recalcó que la ciudad aún enfrenta desafíos en materia de sostenibilidad hídrica y adaptación al cambio climático.
Se mantiene la campaña de uso racional del agua, con recomendaciones como:
Tomar duchas de máximo cinco minutos.
Cerrar la llave mientras se cepillan los dientes o se enjabonan las manos.
Usar la lavadora solo con cargas completas.
Reportar fugas o desperdicios a la EAAB.
Además, se anunció que se fortalecerán las inversiones en infraestructura para mejorar la resiliencia del sistema de acueducto y se impulsarán proyectos de captación de aguas lluvias en zonas estratégicas.
Impacto del racionamiento
Durante el año de restricciones, diversos sectores se vieron afectados, incluyendo la industria, los colegios, hospitales y el comercio. Sin embargo, la medida fue ampliamente aceptada por la ciudadanía al comprenderse como necesaria.
El balance de la EAAB indica que, gracias a la medida, se evitaron escenarios más críticos como la declaratoria de emergencia sanitaria, y se logró una mayor conciencia colectiva sobre la importancia de proteger el recurso hídrico.
Fotoportada: AFP