Cientos de simpatizantes del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro invadieron este domingo el Congreso, el Tribunal Supremo y el Palacio Presidencial de Planalto, sedes de los poderes en Brasilia, causando numerosos destrozos, según imágenes difundidas por la televisión brasileña y las redes sociales.
Los manifestantes protestan contra el regreso al poder del izquierdista Luiz Inacio Lula da Silva, quien derrotó a Bolsonaro en la segunda vuelta el 30 de octubre y fue investido hace una semana como nuevo presidente de Brasil.
Lula se pronuncia sobre atos antidemocráticos https://t.co/c2Wnk9X39F
— Lula (@LulaOficial) January 8, 2023
URGENTE: São terroristas atacando prédio público, contra a ordem e o estado democrático de direito. E o responsável por isso está foragido do país. pic.twitter.com/CxpkZeqymp
— André Janones (@AndreJanonesAdv) January 8, 2023
Una marea humana de manifestantes vestidos de amarillo y verde asaltó las sedes de los poderes en la capital brasileña, según observó la AFP, dejando imágenes impresionantes que recuerdan la invasión del Capitolio en Washington el 6 de enero de 2021.
Los manifestantes protestan contra el regreso de Lula al poder, quien derrotó a Bolsonaro en la segunda vuelta el 30 de octubre y fue investido hace una semana como nuevo presidente de Brasil.
Las imágenes de medios como la cadena de televisión Globo News y otras difundidas en redes sociales mostraron a los manifestantes invadiendo instalaciones del Congreso, pero también llegando hasta el palacio presidencial de Planalto y del Tribunal Supremo -máximo tribunal- de Brasil, ubicados en la misma área donde se concentran los tres poderes del Estado, la denominada Explanada de los Ministerios.
En lo que se estaba desarrollando rápidamente como un episodio grave de inestabilidad política, las autoridades acordonaron el área alrededor del edificio legislativo en Brasilia.
Sin embargo, cientos de partidarios de Bolsonaro que se niegan a aceptar la victoria electoral del izquierdista Lula se abrieron paso, superaron las vallas, subieron por las rampas y se congregaron en el techo del edificio de arquitectura modernista, constató un reportero de la AFP.
«Este absurdo intento de imponer la voluntad por la fuerza no prevalecerá», advirtió el nuevo ministro de Justicia, Flavio Dino, en su cuenta de Twitter. El alto jerarca agregó que «habrá refuerzos» de las autoridades para reprimir esta invasión.
El sábado, Dino autorizó el despliegue de agentes de la Fuerza Nacional, una fuerza especial de policía.
Intervención militar
Las impactantes imágenes divulgadas en los medios y redes recuerdan a la violenta invasión del edificio del Capitolio en Estados Unidos en Washington, por parte de los partidarios del entonces presidente republicano Donald Trump, un aliado de Bolsonaro, para impedir la certificación del demócrata Joe Biden como vencedor de las elecciones.
«Tenemos que restablecer el orden, tras esta elección fraudulenta», dijo a un periodista de la AFP Sarah Lima, ingeniera pro-Bolsonaro de 27 años venida de Goianesia, a 300 km de Brasilia, y presente en el lugar de los hechos.
La marea de personas también irrumpió dentro del Congreso nacional, muchos ondeando banderas brasileñas en un tinte patriótico similar.
En ese edificio es donde el Senado y la Cámara de Diputados de Brasil llevan a cabo sus sesiones legislativas.
Las fuerzas de seguridad utilizaron gases lacrimógenos en un intento fallido por dispersar a los manifestantes.
Lula, de 77 años, no se encontraba en Brasilia el domingo. Viajó a Araraquara, ciudad del estado de Sao Paulo, en el sureste, devastada por inundaciones a finales de año.
Bolsonaro, quien perdió por estrecho margen ante el expresidente Lula (2003-2010) en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 30 de octubre, salió de Brasil a fines de año y viajó a Estados Unidos, al estado de Florida (sureste), donde ahora reside Trump.
Simpatizantes del expresidente brasileño manifestaban ante cuarteles militares desde que fue derrotado Bolsonaro para reclamar la intervención del ejército, con el objetivo de impedir la vuelta al poder de Lula para un tercer mandato.
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