Este 22 de febrero, un informe especial del diario Financial Times reveló cifras sobre el aumento de las hectáreas de hoja de coca en Colombia y su producción.
En la investigación se asegura que la labor de los erradicadores manuales es en vano, pues son los “primeros que están perdiendo la guerra” porque, “una vez que han limpiado un campo, los cultivadores de coca regresan y plantan de nuevo”.
La investigación periodística revela que en el Gobierno de Iván Duque han asesinado a 20 erradicadores y 200 han sido heridos o mutilados por minas terrestres.
“La producción de coca se ha disparado”, dice el medio y cita un informe de la ONU que dice que 2012 y 2017 creció en más del 250 %.
A pesar de la lucha contra este flagelo, el medio indica que Colombia en la actualidad es el “mayor productor mundial de hoja de coca y cocaína”, e incluso, compara el panorama actual con la década de auge del Cartel de Medellín.
El país produce más cocaína ahora que a principios de la década de 1990, cuando el líder del cartel de la droga, Pablo Escobar, estaba en la cima de su notoriedad.
Cifras de las Naciones Unidas dicen que Colombia produce el 70 % del suministro mundial de droga, pero para países como Estado Unidos, el territorio nacional tiene el 89 % de la producción global de cocaína.
En el informe se puede ver como desde la muerte de Pablo Escobar, hasta 2000 –año en el que se consolidó el Plan Colombia con Estados Unidos– la producción se ha acelerado de manera drástica.
Trece años después del inicio del milenio, la producción de coca siguió aumentando, con un leve descenso en 2019, así lo asegura la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
Sobre el uso con glifosato, el diario hace referencia al debate que hay entre quienes lo promueven y quienes aseguran que causa enfermedades tan graves como el cáncer.
Según el informe, la aspersión con glifosato traer recuerdos horrorosos a los agricultores de las zonas rurales de Colombia, pues muchos aviones pasaban por los campos rociando no solo la coca, sino cultivos legales como el maíz, cacao, plátano e incluso animales como vacas.
Pedro Nel Segura, dueño de una finca en la provincia de Nariño habló con el diario y aseguró que le rociaron la tierra la menos “siete veces”.
“Perdí 12 cabezas de ganado, muertas por el herbicida, y tuve que vender el resto porque no había pasto. Perdí todo lo que había invertido (…) Cualquier piloto debería haber podido ver que no estaba cultivando coca. Mis vacas son blancas, se las puede ver fácilmente desde el aire y estaban pastando en un campo abierto sin cultivos “.
Este método de erradicación, recuerda la investigación, causó el desplazamiento de miles de campesinos de distintas partes de Colombia. Leider Valencia, organizador de COCCAM, grupo que representa a más de 30.000 familias en Colombia que se ganan la vida mediante el cultivo de cultivos ilícitos, dijo al diario económico que “muchos agricultores se vieron obligados a abandonar sus tierras por completo y mudarse a otro lugar”.
A pesar de que el pasado 17 de febrero, Diego Molano, ministro de Defensa, aclaró que el Gobierno nacional reanudará en abril el uso de la aspersión aérea con glifosato para seguir combatiendo los cultivos ilícitos de coca, muchos otros políticos no están de acuerdo con la idea.
Juan Manuel Santos, expresidente y Nobel de Paz de Colombia, fue citado por el reportaje y allí recordó que la única forma de lidiar con la cocaína es despenalizarla.
“Era como si estuviera en una bicicleta estática, pedaleando, pedaleando, pedaleando. Miraba a la izquierda y miraba a la derecha y todavía estaba en el mismo lugar “, dijo el exmandatario en una conferencia sobre el fracaso de la política de prohibición en los Estados Unidos
Santos, recuerda el diario, aseguró que la solución es legalizar el negocio de la cocaína para que sus ganancias vayan al Estado y no a los criminales.
Fuente: Financial Times/Infobae – FotoPortada: Mi Oriente