Apoyamos de modo irrestricto la alcaldía de Claudia López en su definida y valerosa defensa de los derechos de la población de Bogotá y del Estado de derecho, frente a las descomunales agresiones y desafueros cometidas por la Policía contra la ciudadanía y la tranquilidad general. Así mismo, sus denuncias sobre la indudable responsabilidad del gobierno uribista de Duque en los deplorables hechos ocurridos desde el 8 de septiembre y días siguientes y su propuesta sobre la reforma de la Policía.
Condenamos, como la inmensa mayoría del país, tanto el asesinato del ciudadano Javier Ordóñez como las 14 muertes violentas de jóvenes y las heridas con arma de fuego a alrededor de 70 personas, como los innumerables atropellos policiales cometidos en estos días y con anterioridad, y participamos del clamor general en demanda de justicia y de no permitir la impunidad promovida desde el círculo gobernante. El rechazo del presidente Duque a la propuesta de la alcaldesa de Bogotá sobre la reforma de la Policía, se une al que había hecho hace algunos meses cuando el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas planteó la misma iniciativa. Revela nuevamente que ese el tipo de cuerpo policivo, el de carácter fascista, que el régimen uribista requiere y detrás del cual estuvo siempre la autorización oficial de proceder violentamente contra el pueblo.
Rechazamos la declaración del expresidente Álvaro Uribe de pretender ordenar el aplastamiento de la justísima protesta ciudadana mediante la fuerza y el terror ejercidos desde el Estado contra el pueblo. Propósito semejante lo retrata de cuerpo entero como lo que es: el oscuro jefe del fascismo colombiano.
Coincidimos con las muchas voces expresadas en la demanda de separar la Policía del ministerio de Defensa y del régimen militar que la cobija, adscribirla al ministerio del Interior como un cuerpo civil y adelantar sobre la misma una reforma democrática de su estructura y funciones. Nos hacemos eco de la propuesta juvenil hoy en circulación, sobre la promoción de una consulta popular en Colombia para definir tan trascendente asunto.
Apreciamos como muy positiva, en cuanto apoya el Estado de derecho y facilita la necesaria unidad de las fuerzas democráticas, la posición de Gustavo Petro en el sentido de defender la alcaldía de Claudia López frente al desconocimiento de su autoridad por las gravísimas acciones recientes de la Policía contra la población civil. Persistimos en el punto de vista de que es lógico y natural que las diferencias o contradicciones en el seno de las fuerzas democráticas se ventilen pero sin obstruir la unidad de las mismas ni mucho menos tomando como blanco principal uno de sus sectores integrantes o confundiéndolo con el adversario principal. Merece nuestro aplauso la rectificación de Petro, al tiempo que confirma la gran lucidez de su liderazgo.
Respaldamos enteramente la protesta de la ciudadanía y nos unimos a ella, indignada por las incalificables agresiones de que ha sido objeto por efectivos de la Policía, e invitamos a proseguir y profundizar esa justa reclamación del pueblo bogotano y de Colombia en las movilizaciones pacíficas del 16 y 21 de septiembre.