¿Quiénes son?, ¿dónde están? Averígüelo Vargas. Pero están ahí, agazapados, como invisibles; pero sus acciones y maniobras oscuras sí son visibles y destructoras. Ustedes son testigos de ellas salvo que sean ciegos, sordos y estúpidos. Políticos, líderes religiosos, grandes medios de comunicación, magnates, estrellas mediáticas; en fin, personas con el suficiente poder terrenal para provocar paulatina y perversamente un caos generalizado. Y hacia allá nos dirigimos si cada quien no hace la tarea de despertar para no convertirse en una máquina odiosa y asesina al uso de ellos.
El método consiste en crear una especie de efecto invernadero emocional. Generan zozobra, miedo, angustia, intolerancia, pesimismo, negativismo. El objetivo es que perdamos la esperanza, la fe, la alegría natural de ser y vivir. Lo que esperan es que la presión sea tal que la población mundial estalle en una guerra fratricida de la masa contra la masa. Para sus fines maquiavélicos usan influencers, youtubers, ventrílocuos y títeres que siembran odio y exacerban los ánimos de la humanidad. El experimento se parece a la manipulación de una olla de presión repleta de emociones ávidas de sangre, morbo y toda expresión de violencia. Siembran también antivalores y todo aquello que aniquile la libertad individual, el orden establecido, la lógica, la sensatez y la razón. Por eso hoy como nunca en la historia estamos asistiendo a un escenario de locura colectiva donde impera la paranoia, el pánico y la pérdida del sentido de la vida. Hay un aumento de la criminalidad, incluso de los suicidios. Hay violencia intrafamiliar como nunca antes en la historia. Sobreabunda la insensibilidad y la perfidia humana que se expresa en un goce por la desgracia ajena y la aprobación tácita o explícita de matanzas, masacres y exterminios. La humanidad está extraviada en la maldad.
«Hay que acabar hasta con el nido de la perra», parece ser la orden de esos engendros. La frase era del uso cotidiano de un asesino superlativo: Pablo Escobar. Pero nuestro monstruo criollo es un angelito al lado de estos actores del nuevo orden mundial.
Si tú, lector, no luchas por tu libertad, si no haces algo, como por ejemplo no tragar entero, concederte el beneficio de la duda y razonar, terminarás convertido en máquina de odio y de muerte al servicio de ellos.